viernes, 12 de julio de 2013
Articulo II
Ensayo “una educación para fomentar la creatividad”

El sistema
educativo debe plantearse como una necesidad, la invención de nuevas formas
operacionales en cuanto a la práctica pedagógica que desarrollan los docentes
para el desarrollo de la creatividad en los niños/as y jóvenes. Orientándose a
un futuro pensando en que los conocimientos que adquieran los niños y niñas hoy
tendrán que ser puestos en práctica siendo necesario intensificar los
“desbloqueos” de la creatividad.
Sin duda, la
creatividad es quizás la más preciada de las cualidades humanas. Para Guilford
(citado por Santos, 2000) “consiste en la expresión de una serie de factores
intelectuales o capacidades del pensamiento, susceptibles de ser desarrollados
a través del aprendizaje…”. Reconociendo que la educación desempeña un rol
fundamental dentro de las sociedades y que en la actualidad exige profundos
esfuerzos para enfrentar la crisis y estrechar la brecha socioeconómica que
existe entre sujetos de una misma sociedad.
La educación
debe ser vista a través de un aprendizaje adaptativo y reactivo el cual exige
poner de manifiesto la capacidad creativa. La capacidad creativa ha sido
definida por Roggers, (1980), como un proceso de aparición original que surge
de la irrepetibilidad del individuo y las circunstancias únicos de su vida, es
una característica que existe en todos los individuos y solo espera las
condiciones propicias para liberarse y expresarse. En tal sentido el educador
debe poseer características en las tres dimensiones presentes en la educación:
ser, saber y hacer. Por consiguiente las actitudes flexibles, el dominio de los
contenidos y la adaptación a los destinatarios, así como la habilidad
didáctica. De tal manera que el educador innovador y creativo está dispuesto a
la flexibilidad hacia las personas, decisiones y/o acontecimientos; no solo
tolera cambios sino que está abierto a ellos más que otras personas siendo
receptivo a ideas y sugerencias, ya sean superiores, compañeros o inferiores,
valorando el hecho diferencial y adaptándose fácilmente a lo nuevo sin ofender
excesivas resistencias.
Para lograr
lo antes planteado y respondiendo a las particularidades que se desean
desarrollar en el estudiante se necesitan una serie de componentes, que juegan
un papel importante en el proceso mismo, como lo son las estrategias, los
métodos, las técnicas, los planes de estudio, el medio ambiente de la
comunidad, entre otros. De esa forma cuando el docente aplica estrategias
creativas en el aula el estudiante adquiere un mayor protagonismo que si lo
hiciera con las tradicionales
(estrategias), así el estudiante va construyendo conocimientos pero además
desarrollando habilidades mediante la búsqueda personal orientadas por el
docente resultando un aprendizaje más atrayente y motivador. Debido a que no se
enfoca solo en la recepción de conocimientos sino que forma parte activa de la
construcción de los mismos.
En relación
a lo anterior la enseñanza creativa se caracteriza precisamente por ser activa
dinámica, implicativa y motivadora. Saturnino de la Torre (1993) expresa lo
siguiente: “el aprendizaje creativo hace referencia al conocimiento construido
con la aplicación activa del sujeto, desde su planificación hasta su
internalización, caracterizado por la motivación intrínseca, estar centrado en
el discente, carácter abierto al proceso de enseñanza”. Con referencia a los
aspectos antes descritos, si el docente se propone junto a los estudiantes el
lograr alcanzar objetivos, la educación será un éxito y el estudiante estará
capacitado para enfrentar cualquier reto que se le presente a lo largo de su
educación profesional, y preparado para el trabajo productivo para la sociedad.
Ensayo “una educación para fomentar la creatividad”
El sistema
educativo debe plantearse como una necesidad, la invención de nuevas formas
operacionales en cuanto a la práctica pedagógica que desarrollan los docentes
para el desarrollo de la creatividad en los niños/as y jóvenes. Orientándose a
un futuro pensando en que los conocimientos que adquieran los niños y niñas hoy
tendrán que ser puestos en práctica siendo necesario intensificar los
“desbloqueos” de la creatividad.
Sin duda, la
creatividad es quizás la más preciada de las cualidades humanas. Para Guilford
(citado por Santos, 2000) “consiste en la expresión de una serie de factores
intelectuales o capacidades del pensamiento, susceptibles de ser desarrollados
a través del aprendizaje…”. Reconociendo que la educación desempeña un rol
fundamental dentro de las sociedades y que en la actualidad exige profundos
esfuerzos para enfrentar la crisis y estrechar la brecha socioeconómica que
existe entre sujetos de una misma sociedad.
La educación
debe ser vista a través de un aprendizaje adaptativo y reactivo el cual exige
poner de manifiesto la capacidad creativa. La capacidad creativa ha sido
definida por Roggers, (1980), como un proceso de aparición original que surge
de la irrepetibilidad del individuo y las circunstancias únicos de su vida, es
una característica que existe en todos los individuos y solo espera las
condiciones propicias para liberarse y expresarse. En tal sentido el educador
debe poseer características en las tres dimensiones presentes en la educación:
ser, saber y hacer. Por consiguiente las actitudes flexibles, el dominio de los
contenidos y la adaptación a los destinatarios, así como la habilidad
didáctica. De tal manera que el educador innovador y creativo está dispuesto a
la flexibilidad hacia las personas, decisiones y/o acontecimientos; no solo
tolera cambios sino que está abierto a ellos más que otras personas siendo
receptivo a ideas y sugerencias, ya sean superiores, compañeros o inferiores,
valorando el hecho diferencial y adaptándose fácilmente a lo nuevo sin ofender
excesivas resistencias.
Para lograr
lo antes planteado y respondiendo a las particularidades que se desean
desarrollar en el estudiante se necesitan una serie de componentes, que juegan
un papel importante en el proceso mismo, como lo son las estrategias, los
métodos, las técnicas, los planes de estudio, el medio ambiente de la
comunidad, entre otros. De esa forma cuando el docente aplica estrategias
creativas en el aula el estudiante adquiere un mayor protagonismo que si lo
hiciera con las tradicionales
(estrategias), así el estudiante va construyendo conocimientos pero además
desarrollando habilidades mediante la búsqueda personal orientadas por el
docente resultando un aprendizaje más atrayente y motivador. Debido a que no se
enfoca solo en la recepción de conocimientos sino que forma parte activa de la
construcción de los mismos.
En relación
a lo anterior la enseñanza creativa se caracteriza precisamente por ser activa
dinámica, implicativa y motivadora. Saturnino de la Torre (1993) expresa lo
siguiente: “el aprendizaje creativo hace referencia al conocimiento construido
con la aplicación activa del sujeto, desde su planificación hasta su
internalización, caracterizado por la motivación intrínseca, estar centrado en
el discente, carácter abierto al proceso de enseñanza”. Con referencia a los
aspectos antes descritos, si el docente se propone junto a los estudiantes el
lograr alcanzar objetivos, la educación será un éxito y el estudiante estará
capacitado para enfrentar cualquier reto que se le presente a lo largo de su
educación profesional, y preparado para el trabajo productivo para la sociedad.
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